La situación de la Atención Primaria de Osakidetza es insostenible, tanto para los trabajadores y trabajadoras, como para la población. La pandemia ha tensado aún más la situación de este nivel asistencial que ya antes agonizaba, ya que los problemas son estructurales y mucho más profundos y antiguos que la actual crisis sanitaria. Sin embargo, esta pandemia, además de precarizar aún más las condiciones de trabajo del colectivo y la calidad asistencial que se ofrece a la ciudadanía, se ha convertido también en una excusa para que Osakidetza aplique recortes y dificulte la accesibilidad de Los/as pacientes a la sanidad pública.
Todo ello, unido a la falta de planificación, de refuerzo e inversión, y al aumento de la carga de trabajo derivada de la gestión de la pandemia, ha colocado a la Atención Primaria contra las cuerdas. La estrategia programada de desmantelamiento de la Primaria sigue su curso, mientras Osakidetza continúa encubriendo con el COVID19 un déficit estructural.
Antes de la pandemia la plantilla ya secundó tres días de huelga en 2019 por la falta de inversión, los recortes en accesibilidad, la falta de oferta de servicios y escasez de profesionales. Osakidetza puso entonces encima de la mesa un documento de Estrategia de Atención Primaria que calificamos de erróneo e insuficiente, porque no ahondaba en el gran problema de la AP: la falta de inversión desde hace décadas. Faltan recursos materiales, profesionales y, sobre todo, una apuesta clara para que la AP recobre el papel de puerta de entrada al sistema sanitario público.
El tiempo no ha hecho sino darnos la razón, ya que dos años después de aquella estrategia, la situación ha ido a peor. La falta de soluciones antes y durante la pandemia está poniendo en evidencia que ni había previsión, ni había voluntad real de apostar por la AP.
La falta y de recursos, de organización y de planificación con los que la plantilla está haciendo frente a la sexta ola son un buen ejemplo de todo ello. Año y medio después de la primera ola, nos encontramos con una sanidad diezmada, cansada y sin recursos. El alto nivel de contagios y los últimos recortes asistenciales(suspensión de consultas, pruebas diagnósticas, mantenimiento de la atención telefónica, etc…) lo demuestran: la plantilla soporta una tasa de temporalidad que roza el 60%; en octubre finalizaron los contratos de refuerzo; el número de rastreadores/as ha descendido a la mitad; la enfermería de la AP está siendo movilizada para hacer frente a la vacunación ante el desmantelamiento de los equipos de vacunación; las agendas de los/as profesionales están saturadas; no se sustituyen bajas, vacaciones y otras ausencias; la atención telefónica a la ciudadanía, junto con la falta de información y de coordinación por parte del Departamento de Salud, satura a diario las líneas telefónicas y los mostradores de Atención al Paciente; el cierre o restricción de horarios de atención de los PACs, y un largo etcétera ha colmado la paciencia de muchos/as profesionales que han abandonado Osakidetza en busca otros horizontes profesionales y de una población que cada vez tiene más dificultades para acceder a la sanidad, ya que se impone la no presencialidad, lo que perjudica especialmente a los colectivos más vulnerables y con menos acceso a la tecnología.
Desgraciadamente, y a pesar de lo alarmante de la situación, el Gobierno Vasco no da pasos para solucionar los graves problemas señalados. El Proyecto de Ley de presupuestos recientemente presentado por el Gobierno Vasco para 2022 contempla una inversión para sanidad que supondrá gastar 16 millones de euros menos que lo efectivamente gastado en el ejercicio 2021.
Es urgente solucionar los graves problemas que asolan a la Primaria: aumentar su presupuesto hasta llegar a la media de la UE (7% del PIB); reforzar de forma inmediata las plantillas y dotarlas de recursos humanos suficientes en todas las categorías con la creación de nuevos puestos (hacen falta 1.000 plazas más); consolidar a los/as miles de trabajadores/as temporales y terminar con la contratación temporal abusiva; racionalizar las cargas de trabajo y sustituir todas las ausencias desde el primer día. En definitiva, hace falta una estrategia que priorice y refuerce la Atención Primaria, en contraposición con el desmantelamiento al que lleva sometida más de una década.
Para denunciar la situación descrita y exigir soluciones reales e inmediatas, los sindicatos SATSE, ELA, LAB, CCOO y UGT convocamos, para hoy 22 de diciembre, concentraciones en todos los centros de salud de AP de Osakidetza, a las 13h. También llamamos a las plataformas y movimientos ciudadanos que trabajan en la misma línea a que apoyen la movilización y que en lo sucesivo trabajemos conjuntamente para revertir esta situación.
Tras las concentraciones habrá declaraciones a los medios en los siguientes centros de salud:
Bizkaia: Centro de Salud de Basurto
Gipuzkoa: En el centro de salud Amaraberri
Álava: En el Centro de Salud Olagibel
¡La movilización es más necesaria que nunca!“