UGT denuncia que el convenio de la enseñanza no reglada lleva a la precariedad a sus 20 000 trabajadores

Speaker at Business Meeting in the conference hall. Business and Entrepreneurship concept.

UGT Servicios Públicos considera que, desde el mismo día de su firma, el IX Convenio de Enseñanza y Formación no reglada está consolidando en la más absoluta precariedad a los más de 20 000 trabajadores del sector. El convenio, actualmente en ultraactividad, tiene los salarios más bajos y las peores condiciones de trabajo de toda la enseñanza, tanto pública como concertada y privada, algo contra lo que el sindicato seguirá luchando en su ambición por mejorar las condiciones del sector y que justifica que no lo firmase en julio de 2021.

El convenio, negociado íntegramente a distancia durante la pandemia, recibió todo tipo de calificativos positivos por las patronales del sector durante el proceso de firma, al tiempo que la crítica más dura por parte de UGT Servicios Públicos, que ya denunció en aquel momento que no se pusieran límites a los contratos a tiempo parcial (75%) y temporales de sus trabajadores (75%), no siempre coincidentes entre sí. La propia reforma laboral fue una revolución en el sector fidelizando a miles de empleados, al tener que realizar numerosos contratos de carácter fijo discontinuo, justo al contrario de lo que los firmantes del convenio establecieron originalmente. 

Sin embargo, el sector ha ido a peor en cuestiones trascendentes como los salarios. Así, entre las 20 categorías profesionales que aparecen mezcladas y revueltas en las tablas salariales, sin ni siquiera mantener una estructura por grupos profesionales, 15 de ellas requieren de algún complemento para llegar al SMI, en este caso de 15 120 euros brutos anuales, puesto que, a fecha de hoy, sigue sin actualizarse en la comisión negociadora del convenio colectivo.

Los datos del convenio, en virtud de las últimas tablas salariales firmadas de 2022, y a la espera de la actualización de 2023, reflejan que 15 de las 20 categorías profesionales están por debajo de los 15 120 brutos anuales para un trabajador a jornada completa; que los salarios se actualizan desde el 1 de julio de cada año, no por año natural, y que la categoría más requerida es la de profesor, para la que existen cuatro categorías profesionales diferentes: dos de ellas, muy utilizadas, por debajo de dicho SMI, como el profesor auxiliar o adjunto o profesor auxiliar online, con un salario bruto de 13 875 euros. Las otras dos, profesor titular o de taller, con 15 302 euros, no están muy por encima del SMI.

Teniendo en cuenta que la enseñanza no reglada tiene un 75% de trabajadores a tiempo parcial o temporal, la grandísima mayoría de los trabajadores ha normalizado tanto que su salario anual esté entre los 1 500 euros y los 10 000 euros anuales como que ha de ser un trabajo complementario, para estudiantes o para estar de paso en el sector, porque no se puede estabilizar la vida con un salario de este tipo.

La exigencia que se tiene con los sueldos en otros ámbitos y convenios de la Enseñanza privada se transforma aquí en permisividad, algo contra lo que UGT Servicios Públicos lucha y se resiste a pensar que ha de ser así. Lo que se critica en otros convenios colectivos de la enseñanza no parece tener cabida en la enseñanza no reglada mostrando una doble vara de medir con lo absorbible de los complementos.

En la firma del último convenio se congeló el complemento de dedicación, con lo que el ‘complemento SMI’ necesario para cumplir con los requisitos del RD del SMI ha de ser todavía mayor. La situación del sector resulta especialmente vergonzosa si tenemos en cuenta que para impartir docencia en la enseñanza no reglada la titulación más requerida por los empresarios es de, al menos, un grado universitario. Sin embargo, el salario, para quienes tienen la suerte de tener la jornada completa, es muy cercano al SMI. Por tanto, desde el propio convenio colectivo se está fomentando un modelo de trabajadores muy bien cualificados, pero pobres.

Todo ello constituye un despropósito que lleva a pensar que la enseñanza no reglada puede confirmar el declive del sector o, por el contrario, cambiar el rumbo en la próxima actualización salarial utilizando al menos los criterios salariales firmados por las confederaciones sindicales UGT y CCOO. UGT Servicios Públicos sigue reiterando que los incrementos salariales necesarios trascienden a los pactados por las confederaciones sindicales en el Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva (AENC), dado el retraso histórico que los salarios de la Enseñanza No Reglada llevan acumulados.

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