Seguimos reivindicando las condiciones laborales de las trabajadoras y trabajadores de las residencias privadas y viviendas comunitarias en Álava

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Tras 17 jornadas de huelga y concentraciones semanales durante más de 2 años y medio, seguimos reivindicando las condiciones laborales de las trabajadoras y trabajadores de las residencias privadas y viviendas comunitarias en Álava. Durante estos 30 meses hemos mantenido reuniones tanto con Diputación Foral de Álava, como con diversos representantes del sector de residencias y con el Departamento de Trabajo del Gobierno Vasco, pero seguimos esperando las medidas que dignifiquen las condiciones laborales y asistenciales.

El diputado general de Álava, Ramiro González, ha manifestado en incontables ocasiones a la prensa que “cada vez está más cerca de lograr un convenio colectivo” (13/04/2021). Asimismo, pone en valor el trabajo “proactivo” de la Diputación al afirmar que se han logrado avances importantes en la solución del conflicto (13/04/2021).

En este mismo sentido, los integrantes de los diferentes partidos políticos dicen que somos un servicio esencial para la sociedad y que nuestros puestos de trabajo son imprescindibles, en línea con los famosos aplausos de las ocho durante el Estado de Alarma. Pura demagogia y misma precariedad. Antes de la pandemia éramos invisibles, ahora sólo somos instrumentos de su propaganda política. Por ello los sindicatos convocamos a las Asociaciones empresariales del sector a una reunión en el Preco este próximo martes 21 de septiembre a las 12.00.

La pandemia ha confirmado que urge más que nunca dignificar un sector considerado esencial y, no obstante, maltratado con una falta acuciante de personal. Solventar este problema es la base para poder implantar el modelo de atención centrada en la persona con el que se les llena la boca a la Diputación y a las empresas. Nada más lejos de la realidad de los familiares que no pueden llevar a sus mayores a residencias públicas por falta de plazas y que se ven abocados a pagar miles de euros cada mes por un servicio infinitamente  peor.

No olvidemos que la mayoría de las residencias privadas están en manos de empresas financieras con la única finalidad de sacar tajada de la diferencia entre el precio por cama y los bajos salarios.

Recordemos que trabajamos de media unas 200 horas más al año que nuestras compañeras de Bizkaia por unos 400 € mensuales menos, además de que hacemos tareas que no nos corresponden según nuestras respectivas categorías profesionales. En muchos casos, incluso las auxiliares de enfermería nos vemos obligadas a hacer curas que por ley no deberían poder hacer más que las enfermeras que nuestras empresas no contratan.

Podemos decir que esa falta de personal de enfermería se está extendiendo al personal auxiliar y gerocultor. La precariedad de los sueldos y la sobrecarga de trabajo empujan a las trabajadoras a irse a otros sectores. No se puede retener a los profesionales sin una oferta de empleo medianamente digna. Así  que decimos alto y claro: ¡CONVENIO DE RESIDENCIAS PROVINCIAL YA!

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