La Junta de Atención Primaria de la OSI Araba denuncia la situación penosa en la que se encuentran los Centros de Salud de Araba

Por nuestra parte, llevamos años denunciando la lamentable situación de la Atención Primaria y hemos continuado con movilizaciones, concentraciones y huelgas durante estos años. Osakidetza, por su parte, ha desarrollado el documento “Estrategia para la Atención Primaria en Euskadi”, que viene a poner parches a la maltrecha situación en los centros de salud pero que consideramos a todos luces insuficiente y no centrada en la actual situación por la que están pasando los centros de salud. Con esta Estrategia se pretende arreglar la falta de previsión del Dpto. de Sanidad para reponer personal aumentando las cargas de trabajo, y teniendo que asumir algunas categorías nuevas funciones, sin recursos humanos y materiales suficientes.

Los sindicatos de la Junta de Atención Primaria de la OSI Araba hemos denunciado innumerables atropellos a lo largo de estos años: la falta de contratación nueva, la falta de sustituciones del personal que está de baja o disfrutando vacaciones; las insufribles cargas de trabajo o el cierre del PAC de San Martin, que ha hecho aumentar notablemente las consultas urgentes en el único PAC que queda en Gasteiz y en las urgencias hospitalarias. Hemos puesto sobre la mesa el maltrato que sufre el personal de Osakidetza, que fundamentalmente ahora que se ha agudizado la presión asistencial en la Atención Primaria, puerta de entrada del sistema sanitario, lo sufren los trabajadores y trabajadoras de los centros de salud. Hemos denunciado la actual política sanitaria que abandona la atención primaria, la prevención de enfermedades y la promoción de la salud, base de la pirámide sanitaria y apuesta por los macro complejos hospitalarios, más atractivos para las industrias privadas biotecnológicas y farmacéuticas.

En marzo del 2020 llegó la pandemia Covid y la sanidad pública lo dio todo y más. En particular, la Atención Primaria se vació para reforzar los servicios y equipos hospitalarios. Se suspendió el seguimiento de patologías crónicas, las actividades de promoción y prevención de la salud, se multiplicaron las consultas telefónicas y únicamente se atendían determinaciones de sintrom, curas y alguna que otra urgencia. Se llegó incluso a cerrar el CS de Abetxuko por falta de personal que lo atendiera.

En otoño del 2020 las enfermeras vacunaron de la gripe en un vacunódromo centralizado y durante meses han estado realizando test de antígenos y PCR y también han atendido telefónicamente los casos de Covid y sus contactos. Poco a poco la situación parecía que se iba “normalizando” y desde la primavera de este año se están viendo pacientes en consultas tanto de medicina como de enfermería, a pesar de que la consejera Sagardui, anunciara hace escasas semanas que se retomaban las consultas en los Centros de Salud, como si hasta ahora no se hubiera estado haciendo.

La situación actual es que a día de hoy con un insidioso aumento de la incidencia en los centros de salud se está haciendo el trabajo con el mismo y ajustado número de trabajadoras y trabajadores y, en muchas ocasiones, en centros de salud obsoletos y con nuevas cargas de trabajo que antes de la pandemia no se realizaban en estos centros: vacunación del Covid conjuntamente con la vacuna de la gripe, realización de pruebas de antígenos y PCRs a pacientes sospechosos de estar contagiados, realización de electrocardiogramas solicitados por los especialistas, atención al paciente Covid presencial y telefónicamente en franjas horarias determinadas,..

A todo ello, se suman las cargas de trabajo previas que se realizaban habitualmente en los centros de salud: se atienden innumerables dudas por teléfono, se atiende en consulta médica y en consulta de enfermería presencialmente y en domicilios, se realizan pruebas diagnósticas, se está viendo a pacientes crónicos que hacía meses no eran atendidos, se retoman tareas comunitarias en barrios y pueblos,….. Todo ello hace que las agendas de los profesionales sanitarios, tanto de medicina como de enfermería, se vean desbordadas y las áreas administrativas tengan tiempos de espera inasumibles.

Es evidente que la pandemia ha dejado al descubierto la escasez de recursos humanos, materiales e infraestructuras y la realidad es que las trabajadoras no pueden asumir estas cargas de trabajo sin una mejora de sus condiciones laborales. Es fundamental consolidar el personal eventual, estabilizar la plantilla, dimensionarla a la nueva situación actual y evitar la fuga de profesionales. La situación es insostenible porque durante años se ha dejado morir la Atención Primaria y la política sanitaria de este gobierno ha apostado por un hospitalcentrismo que hace que la sanidad sea más inaccesible, esté cada vez más privatizada y sea cada día más inhumana. POR ELLO, EXIGIMOS ESTE CAMBIO DE VISIÓN ESTRATÉGICO CON UN COMPROMISO REAL Y EFECTIVO POR PARTE DEL DEPARTAMENTO DE SALUD Y OSAKIDETZA A ESTE RESPECTO Y HAGAN, POR FIN, UNA APUESTA REAL POR LA ATENCIÓN PRIMARIA Y SUS PROFESIONALES.

Los sindicatos de esta Junta de Atención Primaria seguiremos luchando para que la asistencia en la Atención Primaria mejore y tenga una calidad acorde a lo que la población precisa sin que la seguridad de pacientes y usuarios se vea comprometida ni la salud de los y las profesionales sanitarios. Luchamos para que sea una atención integral formada por equipos multidisciplinares (personal de medicina de familia, de pediatría y de geriatría, personal de enfermería, psicólogas, trabajadoras sociales, fisioterapeutas, nutricionistas,…..) que trabajen la prevención de la enfermedad y la promoción de la salud. Una atención primaria de calidad, cercana, integral y gratuita. Sabemos que eso solo lo podemos conseguir luchando desde dentro, con las trabajadoras de Osakidetza y, desde fuera, con el apoyo de una sociedad que ha dejado claro durante esta pandemia que apuesta por una sanidad pública y de calidad. Es hora de que hagamos un frente común.

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