El año 2022 ha sido un año en el que tanto la plantilla de Osakidetza como la ciudadanía han tomado las calles para exigir un cambio de rumbo en las políticas sanitarias públicas, y para que se detenga de inmediato el desmantelamiento de nuestro sistema sanitario.
Han sido cuatro las jornadas de huelga que la mayoría sindical ha convocado en todos los niveles asistenciales, secundadas masivamente por la plantilla a la par que miles de personas han acudido a las manifestaciones convocadas el 23 de enero, 26 de febrero y 26 de junio, que han llenado las calles de Gasteiz, Donostia y Bilbo en favor de nuestra sanidad pública.
Mientras tanto, el Departamento de Salud dirigido por Gotzone Sagardui, así como la Dirección de Osakidetza, han seguido con su hoja de ruta, que consiste en desmantelar el sistema sanitario público, y derribar cualquier puente existente con la representación legal de la plantilla.
Se cierran las urgencias del Hospital Santiago, se recortan los horarios y servicios que se prestan en los Puntos de Atención Continuada, como por ejemplo en Zumarraga o Deusto, se intenta cerrar la Cirugía Cardíaca del Hospital de Basurto, y se sigue ahogando a la plantilla con retroceso en derechos laborales, manteniendo la temporalidad en tasas del 58%, cuando la ley exige bajar al 8%.
A su vez, se utiliza el foro de la Mesa Sectorial para aparentar un diálogo y negociación inexistentes, en el que la parte social no tenemos absolutamente ningún papel que jugar. Por ello, nos hemos levantado y ausentado de esa Mesa en reiteradas ocasiones, no sin proponer medios alternativos, como ha sido el Consejo de Relaciones Laborales, al que los máximos responsables de Osakidetza han decidido no acudir hasta en dos ocasiones.
Constatado que la Dirección de Osakidetza no es un interlocutor válido para negociar, los Sindicatos hemos emplazado al Departamento de Salud para dar cuenta de todo lo anterior.
Aun así, en la reunión celebrada hoy a petición de la parte sindical, nos hemos encontrado con una pared que elude asumir la responsabilidad de todas las decisiones que se están tomando. Por contra, nos hemos encontrado con una Consejera que mantiene la decisión de que la Mesa Sectorial no sea un espacio de negociación, y que ha decidido seguir con su política de recortes y desmantelamiento de Osakidetza.
Aunque los Sindicatos de la Mesa Sectorial hemos propuesto al Departamento de Salud que adquiera el compromiso real de cambiar la dinámica de negociación, no hemos encontrado voluntad alguna para que ese cambio se produzca.
Si no lo remediamos, el “cambio de cultura” anunciado en junio de este año va a seguir su curso, y la pérdida de calidad en la atención que hemos venido sufriendo será peor aún en los próximos meses.