Denunciamos la amortización de 3 puestos de Psicóloga con formación especializada en violencia machista en la Diputación Foral de Bizkaia

El Servicio de Mujer e Intervención Familiar de la DFB creado en el año 1987, es el Servicio Especializado que atiende a mujeres víctimas de violencia machista y a sus hijos e hijas de Bizkaia. Desde su creación y a lo largo de los años ha sido un servicio que se ha caracterizado por ser innovador y pionero en la creación de nuevos programas y servicios en la atención de las víctimas de violencia, con el objetivo claro de llegar a todas ellas: a todas las mujeres y a sus hijas e hijos.

El servicio de Mujer e Intervención Familiar se ha ido adaptando a lo largo de estos años, a las necesidades de las víctimas de violencia machista, incorporando la perspectiva de género y los cambios sociales en la atención de esta problemática.

El actual equipo de este Servicio está conformado por: 4 Trabajadoras Sociales, 4 Psicólogas, 6 administrativas, y un Técnico de Administración General. Este equipo interdisciplinar permite atender desde un marco global e integral las necesidades de las mujeres y sus hijos e hijas. Desde su creación, siempre se ha tenido en cuenta la necesidad de trabajar de forma interdisciplinar.

La violencia machista tiene un fuerte impacto tanto social como psicológico en las personas que la sufren. Por ello es tan necesario una visión integral y global durante todo el proceso de atención y recuperación de las mujeres víctimas de violencia machista.

Desde el Departamento de Empleo, Cohesión Social e Igualdad de la Diputación Foral de Bizkaia, se ha propuesto la amortización de 3 puestos de Psicóloga con más de 15 años de experiencia y con formación especializada en violencia machista, lo que supone una mirada reduccionista y una gran pérdida en la calidad de la atención de las víctimas.

Siendo competencia de este servicio trabajar en la erradicación de la violencia machista en Bizkaia, esta supresión de profesionales del ámbito de la psicología resulta incomprensible, máxime cuando la violencia machista tiene un impacto directo sobre la salud psicológica, afectiva y emocional de cada una de las personas que lo soportan: cualquier mujer y sus hijos e hijas.

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