Esta pasada semana la violencia machista ha mostrado su cara más cruel llenándola de trágicas muertes. Por ello, desde UGT, reclamamos endurecer las penas y resarcir de forma adecuada a las víctimas, pero también allanar el camino que hace difícil la denuncia y la prueba en la vía jurisdiccional.
Está claro que la lucha contra la violencia machista requiere de más recursos y servicios para prevenir estas situaciones, a la par que realizar una atención integral efectiva que garantice que las mujeres puedan vivir en libertad y ejercer de forma plena sus derechos. Para ello es fundamental dignificar y reforzar los servicios que atienden, informan y protegen a las víctimas de violencia machista para conjugar calidad de empleo, calidad del servicio.
Revisar las políticas públicas
Desde nuestro punto de vista, no hay que olvidar el plano laboral. Es necesario revisar las políticas públicas para fomentar el empleo de calidad e inserción de las mujeres víctimas de violencia de género, de forma que garanticen salarios dignos que permitan a las mujeres víctimas o posibles víctimas una independencia económica.
Y por eso es fundamental acelerar la ratificación del Convenio 190 de la OIT sobre violencia y acoso en el trabajo, que tiene una trascendencia fundamental para los derechos de los trabajadores y trabajadoras. No hay que olvidar que más de 800 millones de mujeres en el mundo han sido víctimas de algún tipo de violencia y hostigamiento, desde agresiones físicas hasta abusos verbales e intimidación en el trabajo. Así como la aplicación efectiva del Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra la mujer y la violencia doméstica de 2011, el conocido como Convenio de Estambul.
Desde luego esta situación no va a parar si no se pone voluntad política y se redoblan los esfuerzos para eliminar la discriminación y la desigualdad de género en todos los ámbitos, incluido el laboral. Necesitamos políticas públicas dotadas de recursos económicos y humanos, permanentes y eficaces.