La Encuesta Anual de Estructura Salarial del año 2021, publicada esta semana, refleja que la brecha salarial que soportan las mujeres en el empleo, a pesar de ser la más baja de los últimos 14 años, sigue siendo inasumible para UGT
Una brecha que supone que las mujeres cobren de media 5.212,74 euros menos al año que los hombres (un 18,36%), descendiendo en 0,36 puntos respecto al año anterior.
Buena parte de la culpa de este descenso de la brecha la tiene la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) durante los últimos años, impulsado por UGT mediante el diálogo social, que en 2021 fue de 13.370 euros anuales brutos en catorce pagas, setenta euros más que en 2020. De esta forma, en años sucesivos se podrá seguir analizando el descenso esperado de las brechas en la medida que ha ido aumentando el SMI hasta situarse en 2023 en 15.120 euros brutos anuales, 1.750 euros más que en 2021.
Junto con la subida del SMI, UGT reclama a todas las empresas españolas que elaboren y mejoren sus registros salariales, con el fin de cambiar la valoración de puestos de trabajo en todos los convenios colectivos y en los planes de igualdad y conseguir así que se estime de manera justa el trabajo de las mujeres, infravalorado históricamente.
El Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo, de medidas urgentes para garantía de la igualdad de trato y oportunidades entre mujeres y hombres en el empleo y la ocupación, junto con el Real decreto de Planes de Igualdad y de Igualdad Retributiva, han sido fruto del diálogo social. Para UGT, estas tres normas han sentado las bases de la revolución feminista en el empleo tan necesaria para que todas las mujeres puedan alcanzar su independencia económica, independientemente del sector en el que trabajen o de la categoría profesional que ocupen.
Pero el siguiente paso que exige la Unión Europea es la transposición a nuestra normativa de la Directiva del Parlamento Europeo y del Consejo de 10 de mayo de 2023, por la que se refuerza la aplicación del principio de igualdad de retribución entre hombres y mujeres por un mismo trabajo o un trabajo de igual valor, a través de medidas de transparencia retributiva y de mecanismos para su cumplimiento.
Una normativa que nuestro país debe cumplir y que refuerza la ley española en materia de igualdad salarial y no discriminación entre mujeres y hombres.
