El último Auto dictado por el Juzgado, refleja con nitidez las cuestiones que los sindicatos hemos denunciado de manera reiterada: falta de negociación, objetivo privatizador, criterios de ahorro, y merma de la calidad del servicio a los y las pacientes.
El cierre de la cirugía cardíaca del Hospital Basurto es, sin lugar a dudas, un buen ejemplo de la actitud dictatorial de Osakidetza. La decisión se ha adoptado contra todo y contra todos: profesionales, sindicatos y ciudadanía. El último eslabón de la cadena han sido el de la justicia, que ha suspendido cautelarmente el cierre y traslado al Hospital de Cruces en un Auto que, censura duramente la actitud del Departamento de Salud. Osakidetza ya ha anunciado que, a pesar de la oposición unánime de todos y todas, va a recurrir ese Auto para ejecutar su decisión contra viento y marea.
En este contexto, cobran plena actualidad las palabras que la Consejera Sagardui pronunció el pasado mes de junio, en las que defendió la necesidad de promover un cambio cultural, cuando en realidad estaba hablando de precarizar condiciones laborales y aplicar recortes en la asistencia sanitaria que se ofrece a la ciudadanía. Esas palabras anticipaban medidas como el cierre de la cirugía cardíaca del Hospital Basurto. Sagardui, utilizaba un eufemismo y hablaba de especialización de los hospitales.
El Departamento de Salud pretende que haya atención que se ofrezca en un solo centro hospitalario en toda la CAPV, de manera que los y las pacientes tengan que desplazarse de forma sistemática a ese centro hospitalario y se recorte la actual oferta asistencial con la supresión de esos servicios en hospitales que ahora los ofrecen. Ya avanzaba la Consejera que el Gobierno Vasco sabe que habrá oposición a estas medidas, tal y como está sucediendo en Basurto, pero que las van a llevar adelante
de cualquiera manera. He aquí el ejemplo de ello. El Auto del Juzgado, que establece la suspensión cautelar del cierre, aborda con nitidez y contundencia,las cuestiones que los sindicatos hemos denunciado de manera reiterada:
• Falta de negociación: la resolución judicial señala que Osakidetza ha ido tomando decisiones de manera unilateral, con arbitrariedad y según su propia voluntad. Esta actitud impositiva y dictatorial es la que, precisamente, nos ha llevado, en reiteradas ocasiones, a levantarnos de la Mesa Sectorial de sanidad.
• Privatización: el cierre y por ende recorte del servicio de cirugía cardíaca de Basurto supone abrir la puerta a la sanidad privada. Recordemos que en Araba y Gipuzkoa, este servicio ya se subcontrata con la sanidad privada. Ahora, se suprime uno de los dos servicios existentes en Bizkaia, lo que supone dar un paso más en esa privatización.
• Criterios de ahorro: Osakidetza sigue utilizando criterios economicistas y de ahorro a la hora de organizar el servicio sanitario público. El recorte que se plantea ahora, sin lugar a dudas, obedece a este objetivo.
• Merma de la calidad del servicio: estamos ante un recorte que dificulta la accesibilidad de la ciudadanía al servicio de cirugía cardíaca, lo que tiene impacto directo en la salud de la población.
El desmantelamiento de este servicio, por desgracia, no es un hecho aislado en Osakidetza. Son de sobra conocidos los problemas de sobrecarga sistemática de trabajo; situaciones de colapso en determinados servicios; altas tasas de temporalidad; escasez de plantilla; etc… Estos problemas son especialmente acusados en Atención Primaria y en las urgencias hospitalarias. Pero no estamos ante fenómenos meteorológicos, sino que estamos ante la consecuencia directa de decisiones políticas y
recortes aplicados en los últimos años. Siguiendo con el ejemplo del Hospital de Basurto, hemos denunciado de forma reiterada el colapso habitual de sus urgencias, pero no debemos olvidar que Osakidetza decidió recortar el horario del PAC
de Deusto, lo cual tiene un efecto directo en ese colapso. Este es solo un ejemplo de ello.
Cabe señalar, además, que los tiempos y listas de espera están en máximos históricos. La Consejera pretendía hace unos días echarle la culpa de esta situación a la pandemia, cuando la única culpable es Osakidetza y sus políticas.
Los Sindicatos SATSE, ELA, LAB, CCOO y UGT exigimos a Osakidetza que no recurra el Auto que suspende el cierre de la cirugía cardíaca, que de marcha atrás en su decisión; y que recupere la senda de la negociación para abordar, de una manera urgente, los graves problemas estructurales que sufre nuestro sistema sanitario público.
Para reivindicar todo ello, convocamos una manifestación este viernes, 02 de diciembre, a las 17,30 horas, desde el hospital Basurto. Emplazamos a la plantilla, ciudadanía y agentes sociales a participar en la misma, en defensa de la sanidad de todos y todas.