Las personas trabajadoras de las mutuas exigen un convenio propio y diferenciado de las compañías de seguros y reaseguros

Desde UGT Servicios Públicos se inicia una campaña para visibilizar las  reivindicaciones de las 22.000 personas trabajadoras del sector de las mutuas  colaboradoras con la seguridad social (MCSS). Paralelamente, el sindicato ha pedido  una reunión a Marta Morano Larragueta, Directora General de Ordenación de la  Seguridad Social (DGOSS) del actual gobierno, para analizar los problemas que  acucian al sector, como son la falta de personal sanitario que puede llegar a provocar  el cierre de centros o la necesidad de contar con un convenio propio que desarrolle  en plenitud la negociación colectiva. 

Ana Francés, secretaria del sector Salud y Sociosanitario de UGT Servicios Públicos pide  que se cumpla el compromiso de la DGOSS de crear una estructura de comunicación  permanente que permita un diálogo fluido entre el Ministerio y el Sector de Mutuas para  solucionar unos problemas que aquejan a los trabajadores desde hace décadas. Pues su  encuadramiento en el Convenio Sectorial Estatal junto con las compañías de Seguros y  Reaseguros no da respuesta a las necesidades del sector. Además de un convenio propio, el sindicato señala la urgencia de mejorar la gestión de los recursos humanos para  dimensionar las plantillas adecuadas a las necesidades reales de cada entidad, con empleo  de calidad; avanzar en la flexibilidad horaria y la jornada de 35 horas semanales, tal como  se aplicará para el resto de empleados del SNS. En este sentido, la responsable de Salud de UGT subraya que “es fundamental acabar con el actual agravio comparativo que sufren  las plantillas de las Mutuas con el resto de empleados públicos”. 

Las MCSS tienen un gran peso en el sistema de la seguridad Social en tanto en cuanto  manejan un presupuesto anual de unos 18.000 millones de euros, procedentes de las  cotizaciones de los trabajadores a la Seguridad Social, con el cual gestionan las prestaciones económicas y asistenciales de unas 20 millones de personas trabajadoras. 

Contra la lógica tendencia a que las mutuas se conviertan en entidades plenamente  integradas en la salud pública, este hecho nunca se ha producido y, pese a estar tuteladas  por el Ministerio de Seguridad Social y nutrirse de fondos públicos, mantienen su identidad  jurídica privada para beneficio de sus directivos y perjuicio de los trabajadores los cuales se  encuentran en una permanente indefinición e indefensión, sufriendo los recortes salariales  del sector público pero también siendo excluidos de las mejoras pactadas entre sindicatos  y CEOE. Los empleados de las mutuas están sometidos a sobrecargas de trabajo con una  remuneración muy por debajo de las del sector público. “Sobre las trabajadoras y  trabajadores de las Mutuas recaen la peor parte de la empresa pública y de la privada”, denuncia Francés.

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