Desde UGT insistimos en que la dirección del Hospital de Galdakao y el grupo de facultativos de Urgencias deben sentarse cuanto antes a negociar para dar una solución real al conflicto que afecta a pacientes y profesionales. La situación lleva mucho tiempo acumulando tensión y estalló con fuerza a principios de mayo.
El conflicto se remonta a 2022, cuando un grupo de facultativos denunció una sobrecarga laboral en el servicio de urgencias. La falta de médicos para cubrir bajas y licencias está obligando al resto del personal a asumir jornadas interminables, con el consiguiente riesgo para su salud y para la seguridad asistencial. En las últimas semanas, entre el 40 % y el 50 % del personal médico está de baja o ha solicitado el traslado de su plaza a otras OSIs, lo que ha agravado la situación hasta el punto de llegar a plantearse el cierre de las urgencias de Gernika. Esto dejaría sin cobertura sanitaria de urgencia a las comarcas de Busturialdea y Lea-Artibai.
La inacción y la lentitud en la gestión por parte de Osakidetza no han hecho más que empeorar el problema, afectando tanto a las personas usuarias como al resto de la plantilla, que sufre un alto nivel de estrés por el mal clima laboral y el enfado creciente de la ciudadanía.
En la reunión celebrada hoy, se ha confirmado que las urgencias de Gernika no se cerrarán y que se trabajará activamente para evitarlo. Además, Osakidetza ha propuesto incorporar una figura de mediación para intentar resolver el conflicto.
Desde UGT valoramos el gesto, pero exigimos que el proceso sea ÁGIL, EFECTIVO y con GARANTÍAS para toda la plantilla. No podemos permitir más dilaciones.
Desde UGT estaremos vigilantes. Esta mediación no puede convertirse en una excusa para alargar el conflicto. La prioridad debe ser clara: garantizar los derechos laborales de todas y todos y restablecer cuanto antes un servicio público esencial como el de Urgencias.