La persistencia de estereotipos sexistas en la educación tiene consecuencias en el mercado laboral provocando que en aquellos sectores donde tienen mayor presencia las mujeres el trabajo tiene un menor valor social. De modo que es prioritario, tanto en el sistema educativo como en el mercado de trabajo, incorporar medidas para avanzar hacia una presencia equilibrada de mujeres y hombres en todos los sectores.
Como se comprobó en la pandemia, los trabajos relacionados con el cuidado de la personas son esenciales para garantizar el bienestar. Sin embargo, aún en la actualidad, se les atribuye sistemáticamente un valor inferior que provoca una mayor precariedad de las condiciones laborales. Urge reconocer los trabajos esenciales y dignificar condiciones laborales de las trabajadoras en sanidad, dependencia, educación y servicios sociales, entre otras.
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